Una solución iónica es aquella en la cual el
soluto al disolverse en el solvente se descompone o disicia en iones (
positivos o cationes y negativos o aniones) un ejemplo son las soluciones de
electrolitos como por decir la sal al disolverse en agua, ya que se descompone
en sus iones (iones de cloro y iones de sodio).
2. NATURALEZA
DEL SOLUTO Y SOLVENTE
El agua es u solvente ampliamente utilizado, tanto por
su propiedad polar, como también por su carácter inerte frente a muchos
solutos.
Por esta propiedad, el agua con facilidad disuelve a
solutos polares y iónicos. Tratándose de solutos iónicos como el cloruro de sodio, los dipolos de la molécula de
agua atraen electrostática a iones del compuesto. Los cationes sodio (Na+ )
quedan rodeados por moléculas de agua cuyos extremos negativos se orientan
hacia ellos. Los aniones cloruro(CI- ) se rodean también por
moléculas de agua, con los extremos positivos orientados también hacia ellos
(ver figura 2). Cuando esto sucede se ha formado un hidrato y se dice que ha ocurrido
una hidratación. Para el
caso general de un solvente que no sea el agua, se llama una solvatación.
En las soluciones iónicas, las partículas se mueven libremente en el seno del
agua y por ello tienen la propiedad de conducir la corriente eléctrica. Por el
contrario para solutos moleculares, es
decir aquellos que no se descomponen en iones, sino que se conservan como
moléculas, el soluto no se hidrata. Como ejemplo tenemos el azúcar disuelto en
agua.
En general el agua disuelve a compuestos con cargas
eléctricas, debido a la fuerte atracción existente entre los iones o moléculas
polares con el dipolo del agua. Compuestos no polares como la gasolina, éter,
hexano, benceno, etc., no pueden disolver a sustancias iónicas o polares, pero
si a grasas y aceites que son de naturaleza no polar. En conclusión: Lo semejante disuelve a lo semejante.
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